Esto
luego de que dos elementos de la Delegación de Celaya, fueran reconocidos por
40 años de labor ininterrumpida dentro de la institución, es decir, Antonio
Herrera Hernández y Daniel Arriaga Morales.
ANTONIO
HERRERA HERNÁNDEZ
Lo
que desde niño inició como una admiración para los hombres y mujeres que
portaban un uniforme, 40 años después ser parte de Cruz Roja es una de las
satisfacciones más grandes que he tenido y sobre todo el aprendizaje diario que
conlleva ser parte de la institución.
Recordó
que desde siempre el desfile del 16 de septiembre y ver la participación de
Cruz Roja era algo que le llamaba la atención de gran manera, por lo que a los
12 años, recién ingresado a la Secundaria, y muy próximo a la fecha, todas las
noches se sentaba en una piedra cerca de la delegación que en ese entonces se
encontraba en Jaime Nunó, con el único objetivo de ver el ensayo de la Banda de
Guerra de la institución.
“En
una ocasión se acercó el comandante Jesús Ramírez (q.e.p.d.) quien me dijo: oye
niño siempre te veo muy seguido por acá, te gusta mucho la Banda de Guerra, y
le contesté que no que lo que me gustaba era la Cruz Roja… En ese momento me
tomó de la mano y m llevó con el encargado en ese entonces, Don Celestino Molina,
y le dijo que si le daba oportunidad de entrar
la banda”, dijo.
Antonio
Herrera reconoció que en ese momento no sabía tocar ningún instrumento musical,
por lo que tomó un clarín y corneta pensando que se notaría menos dicho hecho;
sus papás lo apoyaron para comprarle una boquilla de plástico con la que
pudiera ensayar; sin embargo a los pocos días se dio su primera presentación en
Cortazar, por lo que él estaba preocupado por no tener el uniforme. La fecha
llegó y portando todo el uniforme color caqui sus instrumentos limpios y “vestidos”,
se presentó en el evento.
“Yo
era el más chiquito de la Banda de Guerra y sentí mucha emoción desfilar el 16
de septiembre ya que era como la -mascota-, sin embargo, la recepción que me
dieron todos los compañeros adultos fue muy bonita, me decían -sobrino- y por
ende, ellos eran mis -tíos-“, recordó.
Fue
hasta los 15 años cuando realizó su primer curso de Socorrismo Básico contando con
la autorización de los padres para poder hacer el curso, lo que permitió que pudiera
abordar ambulancias. Empezó con una guardia los sábados por la mañana y así
duro un tiempo, en el que combinaba los horarios con la escuela.
A
los 19 años, justo en el sismo del 1985, Cruz Roja envió elementos para atender
el desastre y aunque él quería asistir, se enviaron a personal con más
experiencia; sin embargo, él fue uno de los que llevó víveres a la ciudad de
México, en representación de la institución.
“Ya
al siguiente año, tengo también una guardia nocturna los miércoles, y le garro
más gusto a la institución, pero también me dan la oportunidad de empezar a
trabajar como Operador de Planta, yo no cabía de emoción por eso… En ese
momento trabajaba en el Centro Cultural de ISSSTE, pero yo lo que quería era
estar en Cruz Roja, incluso con horarios locos”, comentó.
Agregó
que de planta estuvo 10 años, sin embargo quiso probar nuevas oportunidades en
el sector industrial, esto sin dejar su parte voluntaria en Cruz Roja, por lo
que mantenía su guardia de miércoles en la noche e incluso los sábados por la
tarde, sin embargo, a sus 20 años de edad le hicieron su primer nombramiento
como Jefe de Transporte, por lo que dijo llegó a tener a aproximadamente 75
operadores a su cargo.
“Era
una gran responsabilidad grande, se cubrió infinidad de eventos de emergencias,
pero también eventos que te dejan marcado siempre, hechos lamentables como la
explosión del Domingo Negro, entre otros… incluso apoyar en eventos de gran
magnitud en otros estados y municipios como la visita del Papa Juan Pablo II o Benedicto
XVI, teniendo en este último una responsabilidad de parte mía en el operativo
en León, eso ha sido a lo largo de estos 40 años, una pisca de anécdotas y
recuerdos”.
Desde
el 2011, Antonio Herrera se ha enfocado
a la atención de la migración, siendo Celaya pioneros en el estado en esta
área, junto con el Dr. Rubén Popoca, quien en ese momento fungía como
Coordinador Estatal de RCF.
Actualmente
Herrera Hernández es Referente Estatal de Restablecimiento del Contacto entre
Familiares y Migración, asegurando que
si volviera a nacer definitivamente volvería a ser Cruz Roja.
DANIEL
ARRIAGA MORALES
Considerando
a la Cruz Roja como una de las obras más maravillosas que se crearon, desde
1982 quiso ingresar a la institución, sin embargo, ser menos de edad le impidió
momentáneamente ser parte del movimiento, ya que ahora son 40 años de servicio.
Daniel
Arriaga recordó que años después entro al curso de Primeros Auxilios, que tenía
una duración de 16 horas y que se brindaba en el Colegio México y
posteriormente se iba a las ambulancias a practicar.
A
los 18 años yo estaba estudiando e ingresé al área de curaciones y ya empezaba
a traajar en el servicio de emergencia.
“He
pasado muy buenas situaciones, inicié por prepararme en México en la Escuela
Nacional de Socorrismo y fui de los primeros que ingreso a un curso más formal
bajo un plan piloto denominado Plan Nacional de Entrenamiento para Instructores”,
dijo.
Daniel
Arriaga se consideró como una persona siempre aventurera para capacitarse, ya
que en la primera oportunidad que tuvo se hizo instructor, siempre con la
visión de seguir trabajando y actualizándose.
Recordó
diversas anécdotas de todo tipo, muchas que tienen que ver con adultos mayores,
niños, rescates, pero siempre mantuvo la visión de ayudar a quien lo necesitaba
y sobre todo de seguir capacitándose para brindar una mejor atención.
“Ya
para 1991 se empezó con el curso TUM y fui de los primeros que me inscribí al
TUM, siendo parte de la primera generación de TUM. Siempre me apunté a todo
curso incluso hasta internacional como el PHTLS”, dijo.
Arriaga
Morales mencionó que el plantel TUM en Celaya estaba recién inaugurado y que en
algunas ocasiones no había instructores que dieran los temas, por lo que tomaba
la iniciativa de él mismo darlo y que los alumnos no se quedarán sin los
conocimientos.
Es
de resaltar que desde el 2003 a la fecha él es responsable de la Capacitación de
todo TUM que aborda ambulancia, por lo
que dijo sentirse orgulloso de que toda persona que aborda ambulancias en Cruz
Roja Mexicana, Delegación Celaya, está actualizada y cuenta con la capacitación
necesaria para hacerlo.
“40
años de servicio es un reconocimiento al
cumulo de experiencias buenas y malas, con las que se podría escribir un libro
en atención de niños, partos, geriátricos… muchas veces no solo es la atención del paciente, también es
ayudar y consolar a las personas que tienen ese dolor como cuidador, son esas
situaciones que impactan… recuerdo a dos adultos mayores, la esposa requirió
ser trasladada y al irla atendiendo en la ambulancia le pregunté a su esposo
que si había comido, él contestó que no por atender a su señora. Eso me
conmovió y lo poco que yo traía se lo dí para que por lo menos ese día él
comiera”.
Arriaga
Morales, dentro de su trayectoria de la institución en 1995 fue comandante y
responsable de Socorros, siempre al pendiente de la atención de emergencias,
continuando actualmente a cargo de la Coordinación Local de Capacitación.
“Si
volviera a nacer sin dudarlo sería otra vez Cruz Roja ya que es algo apasionante,
lo llevo en la sangre y uno se enamora del movimiento, representa estar
actualizándose… Yo creo que la Cruz Roja necesita eso, personas que inspiren a
otros; mi papá me enseñó a ser audaz, el mundo es de los audaces”, concluyó.