Víctor Manuel García Flores
Historiador de Santa Cruz de Juventino Rosas
En 1910, hubo "elecciones" presidenciales. Los contendientes eran: Porfirio Díaz, el dictador presidente, quien tenía más de treinta años en el poder y en cada "elección", mediante el fraude y sin rivales, salía triunfador; y, Francisco I. Madero, hijo de terratenientes, espiritista y un democrático soñador. El día de la jornada electoral, el candidato opositor, Madero, se encontraba preso en San Luis Potosí, por el "delito" de atreverse a competir con don Porfirio.
Por supuesto que el "triunfador", tras una sucia elección, fue el dictador. Madero fue dejado en libertad, pues no lo consideraban peligroso, creían que era un simple loco soñador. Ya en libertad, Madero, quien pretendía terminar con la dictadura porfirista, de manera pacífica, mediante el proceso electoral, comprendió que por las buenas no iba a lograr nada. Es así, que desde Estados Unidos, a donde se fue a preparar el futuro movimiento, proclamó el "Plan de San Luis", mediante el cual, convocaba a los mexicanos a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910.
Ya sabemos que dicha gesta social, logró que renunciara Porfirio Díaz y se exiliara en Francia y que en las primeras y auténticas elecciones libres y limpias de 1911, resultara triunfador Francisco I. Madero, el apóstol de la democracia; que, Victoriano Huerta traicionara a Madero y lo asesinara, quedándose con la presidencia; que los revolucionarios se unieran y lo derrocaran; y que después, se formaran dos facciones irreconciliables entre sí: los Constitucionalistas o Carrancistas y los Convencionistas, resultando ganadores los primeros, quienes se convirtieron en la nueva clase gobernante.
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Lic. Víctor Manuel García Flores, autor del artículo. |
¿Qué hubiera pasado si, la facción de la Convención de Aguascalientes, hubieran sido los ganadores? Hubiera no existe y, finalmente, los triunfadores fueron los del clan sonorense (Obregón, Elías Calles y De la Huerta), quienes, para variar, traicionaron y mataron a Carranza. Lo que si es cierto, es que, los Convencionistas, eran los revolucionarios más puros y con más ideales, independientemente de sus errores y excesos personales. Doroteo Arango (Pancho Villa), pese a que al inicio fue un ladrón y asesinaba con mucha facilidad; Emiliano Zapata, que no era tan humilde como se cree, pues le gustaba la buena ropa, los buenos caballos y el buen vino; y; Felipe Ángeles, quizá el más puro revolucionario entre todos. Con sus defectos, fueron más leales a la auténtica revolución y con ideales de justicia social, educación y regresar sus terrenos a campesinos; a diferencia de los sonorenses que, lo que buscaban fue el poder que lograron a base de traiciones y asesinatos.
Ésta, la primera revolución social del siglo XX en el mundo, poco a poco se ha ido desvirtuando y se le ha restado importancia. Desde el año 2000 hasta 2018, que fuimos gobernados a nivel federal, por partidos conservadores, se ha minimizado esta gesta social, pues los conservadores le temen a la palabra "Revolución". Si bien, se cometieron muchas atrocidades, muchas traiciones y se convirtió en una lucha por el poder, no se podría entender la Historia del México contemporánea, arte y literatura, sin la Revolución Mexicana.