Luis Felipe Rodríguez Palacios
Cronista Municipal de San Miguel de Allende
Los cronistas de la Conquista y la Colonia nos dejaron constancia del comercio de los famosos tianguis, de los tributos que los mexicas exigían a los pueblos sometidos en mantas de tejidos finos que demuestra el grado de desarrollo alcanzado. El cultivo del algodón fue muy apreciado y enviado a la península.
Los tintes utilizados por nuestros ancestros fueron elementos parte de las exportaciones: la cochinilla y el caracol (púrpura); de los vegetales: la raíz de peña (ocres); el índigo (azules intensos), etc. El Sarape (urdimbre de algodón y trama de lana, tejido en telar de pedales) Isabel Marín de Paalen nos dice en su Historio General del Arte Mexicano que: “…gozó su mayor florecimiento durante la Colonia; los más notables ejemplares de ese período corresponden al siglo XVIII; es la época de oro de los mundialmente afamados sarapes de Saltillo y San Miguel de Allende”.
La Feria de la lana y el latón tendrá como sede nuevamente el hermoso edificio del exconvento de la Inmaculada Concepción (Las Monjas) en su edición XLI. Nació, como muchos otros productos turísticos, con el fin de llenar este mes que turísticamente no era de los mejores en la ciudad y con el apoyo de Fonatur y la Secretaría de turismo Estatal se proyectó un gran evento en donde se reunieran, a nivel nacional, productores de esas dos artesanías que, desde siempre, han dado prestigio a la población.
El primero fue todo un acontecimiento y los siguientes también, la inauguraba o clausuraba el gobernador del estado y la presencia del Secretario de Turismo Federal. Tuvo como sede el imponente Centro Cultural “Ignacio Ramírez”, después fue el Ex Colegio Salesiano; venían artesanos de toda la geografía nacional y se aderezaba con espectáculos artísticos y culturales de primera línea y los premios no le iban a la zaga.
Pese a que los artesanos de otros estados tienen la misma materia prima de la lana y el latón cada región tiene ciertos rasgos que la distinguen y le dan identidad.
Muy emblemática la figura de una artesana de Hueyapan, Mor. doña Modesta quien se venía con su telar de cintura y trabajaba todo el proceso de sus productos: desde hacer el hilo de la lana bruta, el que enredaba y pequeños rollos y luego tenía unas cazuelitas con cochinilla, nogal y otros productos naturales con que pintaba la lana y terminaba con esos diseños tan propios de esa región.
Por cierto, que no sólo era artesana, sino que, como mujer con profundas raíces autóctonas era la típica curandera dueña de conocimientos que aprovechaban las propiedades del temazcal y de la medicina de campo y utilizaba las ventosas y sanaba a quienes, sabiéndolo, se acercaban con ella.
Este evento se inicia en el período del Lic. Manuel Martínez Maldonado. Mucho se le debe a don Salvador de Lara Martínez y su esposa doña Evelia León, don Raúl Romay y don Baltazar Ramírez García. Don Salvador trabajó en la Subdirección de Artesanías en la SECTUR. En las primeras ediciones se presentaron artesanos de Oaxaca, Estado de México, Zacatecas, San Luis Potosí, etc. eran una auténtica Feria Nacional e incluso llegó a tener visos de internacional cuando, por ahí de la quinceava o vigésima se invitó a otros países, los primeros en asistir fueron Rusia e Israel.
El propósito de la feria era reunir a los productores con los potenciales compradores. Más adelante tomó la organización el Club Rotario, luego los artesanos y después el municipio, pero es ya sólo con la presencia de productores locales. Pero, como el ave fénix, como hace cuarenta años, regresa al Centro Cultural del 15 al 24 de noviembre.