Marcial Padilla
Director de ConParticipación
El único camino, es proteger igual a la madre y al hijo
Lucía -ocultamos su nombre real- está ante un grave problema. Hasta ahora se sabía que su vida estaba segura y protegida ante quien quisiera dañarla. Pero todo parece que se está preparando para afectarla y perjudicarla. Así es: el congreso local podría imponer una ley que acabaría con su vida, y la dejaría sin protección ante quienes quieran atentar en su contra. No, no es un caso tan extraño. Hablamos de una mujer… de once semanas de vida, que está serenamente desarrollándose en el vientre de su madre. Lucía, esta niña, podría no llegar a nacer si se impone una ley que permitiría que la aborten.
Quizás has oído de esto. Se está debatiendo la imposición de la despenalización del aborto en Guanajuato. Y debe calificarse así: como una imposición. Es una imposición porque este tema no nace de la sociedad y no existe absolutamente ningún motivo por el cual intentar introducirlo en el estado. Ya hay muchos problemas. Los guanajuatenses siguen confiando en un futuro mejor a pesar de los índices de violencia que azotan al estado. Lamentablemente algunos diputados quieren añadir más violencia a la violencia que ya se sufre, y por ello intentan introducir una legislación que acabe con la vida de miles de hijos e hijas en gestación.
En efecto: algunos diputados intentan imponer la despenalización del aborto. Entre otros, el diputado Antonio Chaurand, que hasta hace poco dedicaba todo su tiempo a la medicina. Ahora que se encuentra involucrado en la política, al parecer se está viendo presionado para pasar de médico que salva vidas a verdugo que las elimina. Su trayectoria siempre ha sido otra.
Esperamos que recuerde que él, como médico, no es juez sobre quién merece vivir o quién debe morir. Él realizó el juramento hipocrático que expresa un compromiso solemne y sagrado de únicamente preservar la vida y jamás usar su ciencia para conducir a alguien a la muerte. Él, como médico, sabe que en cada embarazo hay dos pacientes: la madre que gesta y el hijo en su vientre. Sabe que hay dos frecuencias cardiacas, incluso con frecuencia hay dos tipos de sangre -uno el de la madre y otro el del hijo-. Sabe también que se pueden diagnosticar padecimientos tratables desde el embarazo, y que la ciencia hoy permite curar numerosos padecimientos desde antes de que nazca el hijo.
Si el doctor Chaurand sabe eso, ¿qué lo lleva ahora a titubear en la defensa por igual de ambos: de la mujer y de su hijo? ¿Será que la política tiene ese efecto transformador de borrar los principios más básicos y elementales que guían nuestra conducta?
Al hablar sobre el aborto, se sufre un falso dilema en Guanajuato: quieren que tengamos que elegir entre la mujer embarazada o el hijo en gestación. Eso es una mentira. Lo único justo y razonable es proteger por igual a la madre y al hijo, sin discriminación y sin excusas.
La ley debe proteger por igual a todos, sin discriminación, antes y después de nacer. La ley no puede protegernos después de nacer, pero no protegernos antes de nacer. Es un principio elemental y básico de justicia. Si nos gloriamos de los avances en derechos humanos, es el momento de erradicar la discriminación prenatal, y sin excusas, proteger por igual a todos, antes y después de nacer.
Es el momento de tomar conciencia y participar. No podemos ser indiferentes. El mal llega hasta donde lo permitimos, el bien se alcanza en la medida que nos comprometemos. #MetyroNewsMx
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