Redacción
Tres Años antes del nacimiento del santo, había muerto, en Ginebra, uno de los enemigos más grandes de la Iglesia Católica: Calvino, cuya doctrina falsificó no sólo la tradición bíblica y apostólica, sino la misma esencia de Dios, que es el amor.
Calvino enseñó que Dios ha predestinado una parte de la humanidad a la condenación eterna y negó que cada uno, por su libre decisión, pudiera elegir también su suerte eterna.
Francisco, siendo joven estudiante de derecho, sufrió mucho por la tentación diabólica, creyendo que también él estaba destinado al infierno a pesar de todos sus esfuerzos. Por fin venció los asaltos del enemigo con una doble consagración, en primer lugar pronunció la siguiente consagración a Dios:
Si a ti, Señor Dios, no voy a poderte amar por toda la eternidad, ahora en la tierra quiero amarte de todo corazón”.La segunda consagración la lleva a cabo ante una imagen de María Santísima, rezando el “Acordaos, oh piadosísima Virgen María”. A partir de este momento, su alma se llena de una infinita confianza en la misericordia divina y su mayor anhelo es conocer la verdad teológica de los misterios divinos.
No importándole a nuestro santo el haber sido nombrado oficial mayor de la Suprema Corte de Saboya, aspiró entonces al sacerdocio católico y, después de los estudios indispensables, recibió el sacramento del orden a fines de 1593.
Los primeros 4 años trabajó en Chablais, la región más contaminada por el calvinismo, ahí sufrió amenazas de muerte, tentativas de asesinato e increíbles penas físicas en sus intrincados caminos apostólicos, pero todo eso lo superó predicando y viviendo el amor de Cristo. En 1602 fue nombrado obispo de Ginebra.
Enseguida buscó un continuo contacto con el clero de las 600 parroquias y la movilización de una catequesis profunda del pueblo, pues reconoció claramente que el éxito de los sectarios se basaba en la ignorancia de los católicos.
Igualmente dedicó mucho tiempo a la orientación de los seglares, entre los cuales se encontraba la viuda de Chantal (cuya conmemoración en el calendario litúrgico es el 12 de diciembre). Santa Juana Francisca Fremiot de Chantal fundó, por consejo del santo obispo, la Congregación de la Visitación de la Virgen María.
A pesar de su intenso trabajo pastoral, nuestro santo nos dejó el libro Filotea (Amor a Dios) y unas 20,000 cartas de conversaciones pastorales.
Durante un viaje pastoral murió el buen pastor, el 28 de diciembre de 1622, a la edad de 55 años.
En el siglo XIX el apóstol de la juventud, San Juan Bosco, se inspiró en el testamento de San Francisco de Sales y fundó a los “salesianos”.
La Iglesia propone a Francisco de Sales como “patrono de la prensa católica”, en reconocimiento de la inmensa importancia de la palabra escrita e impresa para la formación personal y comunitaria. Más de 300 años antes del inicio de la comunicación masiva por los medios de la técnica actual, quiso destinar al servicio de la evangelización todos los recursos que Dios ha puesto en nuestras manos.
“Cuando los cristianos hacemos de Jesucristo el centro de los sentimientos y pensamientos, no nos alejamos de la gente y de sus necesidades. Por el contrario, nos encontramos envueltos en el movimiento del Hijo que vino a nosotros y se hizo uno de nosotros, nos encontramos envueltos en el movimiento del Espíritu Santo, que visita a los pobres, sosiega los corazones turbados, cauteriza los corazones heridos, calienta los corazones fríos y nos da la plenitud de sus dones”.
Juan Pablo II, Homilía en el Yankee Stadium de Nva. York 2 de Octubre de 1979.
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