Quinta de Salud, de Nuestra Señora del Rosario, en Surgidero de Batabanó, en Cuba. AÑo de 1950. |
Víctor Manuel García Flores
José Juventino Policarpo Rosas Cadenas, o Juventino Rosas Cadenas, pero más popular como Juventino Rosas (Pueblo de Santa Cruz, estado de Guanajuato, México, 25 de enero de 1868 – Puerto de Surgidero de Batabanó, municipio de Batabanó, Provincia de La Habana, Cuba, 9 de julio de 1894); fue un músico, compositor, violinista y director de orquesta, de música clásica del siglo XIX. Compositor del muy conocido, escuchándolo y tocándolo todavía, durante más de un siglo entre muchas naciones, el vals Sobre las olas. Es más conocido Sobre las olas, que su compositor; pero, Juventino Rosas con éxito internacional, es el mejor compositor mexicano de la música clásica, de los siglos del XIX al XXI.
El pueblo de Santa Cruz
José Juventino Policarpo Rosas Cadenas, o Juventino Rosas Cadenas, pero más popular como Juventino Rosas, nació el 25 de enero de 1868 en la casa de la familia Rosas Cadenas, en la tercera cuadra de la calle de La Purísima, al norte de la Plaza de Armas, en el pueblo de Santa Cruz, del estado de Guanajuato, en México. Sus padres fueron, el indígena Jesús Rosas Rosas y la mestiza Paula Cadenas Alcocer; y en su bautizo, sus padrinos fueron Antonio Cadenas Alcocer y Camila Cadenas Alcocer.
La sangre de Jesús Rosas Rosas y toda su familia, fue indígena otomí; sus padres de Jesús, fueron Antonio Rosas y Luisa Rosas y tuvo tres hermanas, siendo todos nacidos en el territorio del pueblo de Santa Cruz. La sangre de Paula Cadenas Alcocer, nacida en Celaya, y sus nueve hermanos, fue mestiza, por ser su padre Apolonio Cadenas Adarraga, un español-vasco, nacido en Hernani, una villa y municipio español de la provincia de Guipúzcoa, perteneciente a la comarca de San Sebastián, en la comunidad autónoma del País Vasco, en España; y su madre Jacinta Alcocer, una mestiza mexicana, nacida en la alcaldía mayor de Celaya en Nueva España. Apolonio Cadenas y Jacinta Alcocer, con sus hijas e hijos mayores que vivían en Celaya, compran unos terrenos agrícolas y con sus hijos se van a vivir al pueblo de Santa Cruz.
En 1856 se casan Jesús Rosas y Paula Cadenas y llegan a tener ocho hijos. De ellos, cinco, dos mujeres y tres hombres, fallecieron en el primer año de su nacimiento; y tres, una mujer y dos hombres, llegan a ser jóvenes: Matilde, Manuel y Juventino, de apellidos Rosas Cadenas. Jesús Rosas, después de ser peón de campo y estar en banda militar de un regimiento liberal, aprendió a tocar varios instrumentos musicales y enseñó a sus hijos y creo un grupo musical; Jesús, tocaba el arpa, Manuel, la guitarra o el bajosexto, Juventino, el violín, y acompañaban a su hermana Matilde, quien cantaba por tener una hermosa voz de soprano. Estuvieron en festejos o fiestas, en su pueblo y en otras localidades rurales. Jesús Rosas, por la humildad que tenían en el pueblo de Santa Cruz, para mejorar económicamente, decide que la familia Rosas Cadenas se vaya a vivir en la Ciudad de México. En 1875 se van a la capital y no vuelven a regresar nunca al pueblo de Santa Cruz.
En la Ciudad de México
Estando desde 1875 en la Ciudad de México, la familia Rosas Cadenas, viven dos años en dos vecindades de las calles del Puente de Tezontlale (actualmente la República de Brasil) y del Puente de Leguízamo (actualmente la República de Argentina) y ambas del Centro Histórico; y en siete años, de 1877 a 1884, habitan en la vecindad Los Baños del Padre, en el Callejón de La Amargura, parte de la calle de La Amargura (actualmente, parte de la tercera cuadra de la calle de la República de Honduras), del barrio de La Lagunilla, a unos pasos de la Plaza El Baratillo (ahora como la Plaza Garibaldi) y del Centro Histórico. Su grupo musical de los Rosas Cadenas, estuvo tocando y cantando durante varios años como orquesta callejera con vendedores ambulantes de dulce de ante.
Juventino y su hermano Manuel, terminaron su escuela primaria y además, para ayudar aún más al sustento familiar, tocaban la guitarra y el violín y cantaban en el coro de la Parroquia de San Sebastián, actualmente en la calle de la República de Bolivia, en el Centro Histórico; y también, fueron campaneros y asimismo, los dos, apoyaban al sacristán de la Parroquia de San Francisco de Asís, actualmente en la calle La Rinconada en el popular barrio de Tepito. Su madre Paula y su hermana Matilde, también con sustento familiar, lavaban y planchaban ropa ajena de vecinos. Después, los hombres de esta familia estuvieron en las orquestas de baile de los Hermanos Elvira y con sus coterráneos los Hermanos Aguirre.
En primavera de 1883, con la orquesta de baile de los Hermanos Aguirre en una fiesta barriera, Jesús y sus hijos Manuel y Juventino, estuvieron tocando con ellos; pero por una riña en la fiesta, hieren y muere Manuel Rosas Cadenas. Desde abril comenzó una epidemia de cólera morbo en la Ciudad de México y poco después, en otoño del mismo año, fallecen los padres Jesús Rosas y Paula Cadenas por la epidemia. Los restos de Manuel, Jesús y Paula, se sepultaron en el Panteón General de Santa Paula, que ya no existe por estar las tumbas abajo de calles, casas, departamentos y negocios de la colonia Guerrero de la Alcaldía Cuauhtémoc. Y en 1884, su hermana Matilde se fue con un norteño, sin saber nada de ella. Juventino Rosas Cadenas, se quedó solo, sin su familia y se fue de la vecindad Los Baños del Padre, del Callejón de La Amargura, para radicar en el pueblo de Santa María Cuautepec.
El autor del artículo |
Sobre las olas, consagración y reconocimiento
Juventino Rosas Cadenas volvió a vivir en la Ciudad de México de 1888 a 1893. Radica con su amigo en otra orquesta, José Reina, en la vecindad Las Tumbas o Los Sepulcros, en Magdalena Contreras y se ignora en que otros lugares vivió. Por el vals Sobre las olas le llegan reconocimientos y consagración. El 7 de febrero de 1888, Juventino Rosas vendió los derechos del vals Sobre las olas a Wagner y Levien, en la poca cantidad de 45 pesos, pero que lo consagró. Además, compone la mayoría de sus obras conocidas: Carmen, Ensueño seductor, Lazos de amor, Soledad, Soñando, Carmela, y otras más. Se afirma que en total fueron más de 90 piezas, pero solo se han logrado rescatar 34 partituras. Como violinista tenía varios trabajos en un circo, en una alberca, en un café y llegar a la Orquesta de la Ópera en el Teatro Nacional; además, en la banda del batallón del cuartel de Las Rosas de Morelia, Michoacán, emprende una gira por el norte del país, como violinista en 1891. En 1892, Juventino Rosas vive con Juana Morales en la Ciudad de México, pero a los seis meses ella lo abandonó.
En la Compañía de la Orquesta Típica Mexicana, en 1893 llega a ser el director de la orquesta en una gira por el norte de la República y por el sur de Estados Unidos. En la ciudad de Chicago, Illinois, en Estados Unidos, fue la Exposición Universal Colombina de Chicago, del 1º de mayo al 8 de junio de 1893. La Orquesta Típica Mexicana estuvo actuando en el Teatro Marlowe y en la Nave Central del Edificio de Manufacturas, de la Exposición. En este certamen, el director de la orquesta, el ya célebre Juventino Rosas, obtuvo 4 medallas de oro, diplomas honoríficos y el título de Profesor de Composición de Mérito, por sus excelentes actuaciones. Al terminar la Exposición, Juventino Rosas Cadenas fue invitado por el italiano Pascualino Bianculli, a integrar a su orquesta como director, creándola como Compañía de la Orquesta Típica Ítalo-Mexicana, para estar en gira por cinco estados al sur de Estados Unidos y viajar a Cuba.
Éxito total en Cuba
El lunes 15 de enero de 1894, procedente de Tampa Bay, Florida, de Estados Unidos, llega a La Habana, Cuba, la Orquesta Típica Ítalo-Mexicana y su director artístico, Juventino Rosas, en el vapor correo norteamericano Olivette. En la isla caribeña, el compositor guanajuatense alcanzó un éxito total, a la corta edad de 26 años, que cumpliría a los pocos días de llegar a la antilla; la Orquesta Típica Ítalo-Mexicana cosechó grandes triunfos en los mejores escenarios de la época, en las principales ciudades cubanas: el teatro Payret, el teatro Tacón, el teatro Albisu, el teatro Injoa, el teatro Alhambra, el teatro Esteban, el Liceo Artístico y Literario, el teatro de La Caridad, el teatro Terry, el teatro Brunet y el teatro Principal; en La Habana, Matanzas, Cárdenas, Santa Clara, Cienfuegos, Trinidad, Sancti Spíritus, Manzanillo, Santiago y Guantánamo. En todos los lugares que actuó la orquesta, su director artístico Juventino Rosas, el ya reconocido compositor del vals Sobre las olas, fue el artista más aplaudido por el público que abarrotó los escenarios.
Muerte en Surgidero
Al llegar al puerto de Surgidero de Batabanó, del municipio de Batabanó de la Provincia de La Habana, por cumplir su gira con la orquesta, el compositor y director mexicano, tenía que irse con ellos en ferrocarril a la capital de Cuba, La Habana, para viajar de allí a otra gira en Estados Unidos y seguir en gira por Europa.
Pero Juventino Rosas, llegó con una enfermedad de Mielitis Transversa por inflamación en un segmento de la médula espinal, que tuvo que quedarse el 27 de junio de 1894, en la Quinta de Salud de Nuestra Señora del Rosario, en Surgidero de Batabanó. Murió a las 17:00 horas del día lunes 9 de julio de 1894, quedando su cuerpo en tumba del panteón civil, con homenajes oficiales. Los últimos 13 días de su vida en Surgidero de Batabanó. Una mano anónima, probablemente la de un poeta, colocó en su tumba una lápida con la siguiente inscripción: “Juventino Rosas, violinista mexicano y autor del vals Sobre las olas, falleció en julio de 1894. La tierra cubana sabrá conservar su sueño”.
Honores
En 1909, siendo aún presidente de la República, Porfirio Díaz Mori, ante las presiones del periodista mexicano Miguel Necochea que encontró su tumba en Cuba, la prensa y, principalmente, de la Sociedad de Compositores Mexicanos; logran, traer los restos mortales de Juventino Rosas, que llegan al puerto de Veracruz el 16 de julio, siendo recibidos por Miguel Lerdo de Tejada, director de la Comisión de Bellas Artes y por Ernesto Elorduy, de la Sociedad de Compositores Mexicanos, cuyo presidente era Julián Carrillo.
Los restos son expuestos durante dos meses en el Teatro del Conservatorio de la ciudad de México, recibiendo múltiples homenajes y sepultados en el Panteón Civil de Dolores, correspondiendo al poeta Rubén M. Campos dirigir las palabras alusivas, que conformaron una excelente pieza oratoria.
En 1932, el cubano Isidro Albayna Rodríguez, devolvió a México el violín que perteneciera a Juventino Rosas; por lo que, el presidente Abelardo L. Rodríguez, lo condecoró con el Águila Azteca.
En 1939, el presidente Lázaro Cárdenas del Río, autorizó que los restos mortales del músico santacrucense, fuesen enterrados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, ahora desde 2003, la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, en donde permanecen hasta la fecha, al lado de otros grandes mexicanos.
Y el 17 de junio de 1956, mediante el decreto 72, de la XLII Legislatura del Congreso del Estado de Guanajuato, se cambió el nombre de la ciudad y del municipio, de Juventino Rosas a Santa Cruz de Juventino Rosas. A petición de ciudadanos santacrucenses, incluyendo el rescate del nombre original de Santa Cruz; desde el 17 de junio de 1956, hasta la fecha actual, perdura el nombre: municipio y ciudad de Santa Cruz de Juventino Rosas.
Publicar un comentario