E
n el cuento de nunca acabar, no pocos empresarios gasolineros que operan en el país mantienen como única política de negocios atracar en forma sistemática a los consumidores, al cobrar litros completos y despachar volúmenes mucho menores, en una historia documentada desde cuando menos dos décadas y pico atrás, aunque se trata de una práctica bien conocida desde que entró en operación la primera estación de servicio en el país.
A lo largo de los años, los dueños de las gasolineras (cuando eran 100 por ciento del Estado, con estaciones privadas de servicio con franquicia de Petróleos Mexicanos o ahora totalmente privadas, a partir de la reforma
energética de Enrique Peña Nieto) se han dedicado a succionar el bolsillo de los consumidores, y al pasar el tiempo la única diferencia ha sido el constante cambio de la tecnología utilizada para seguir con esa práctica depredadora.
En la mañanera de ayer el titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), Ricardo Sheffield Padilla, detalló: en verificación de gasolineras atendimos 338 denuncias mediante la aplicación Litro por Litro; lo hicimos con 217 visitas o verificaciones; se inmovilizaron 30 bombas por no dar litros de litro
.
El funcionario ejemplificó con el siguiente caso: “en Gómez Palacio, Durango, el 22 de enero hallamos otro rastrillo, otra novedad: una especie de insecto, tiene esa forma, alargada, que conecta artificialmente muchos puntos del centro de control de la bomba. Dos tenían ese aditamento, una especie de diablito para controlar y dar más o menos 16-17 por ciento de menos en cada litro. Todas las bombas estaban alteradas, pero por estas dos presentamos ya una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), porque esto no es una trampa, esto es robar tal cual, descarado”.
Según Sheffield Padilla, “80 por ciento de las gasolineras dan litros de a litro, dan buen servicio, son competitivas; en 20 por ciento es donde encontramos distintos problemas, la menor cantidad es donde hemos podido localizar este diablito, este rastrillo, este aparato que tiene distintas versiones”.
En toda la República existen cerca de 12 mil estaciones de servicio, de tal suerte que en alrededor de 2 mil 400 los litros nunca lo son, o lo que es lo mismo, donde descaradamente exprimen al consumidor, más allá de los precios.
Por ello, el titular de la Profeco dijo: la norma oficial mexicana que entra en vigor a mediados de este año nos permitirá hacer una revisión más profunda y el trabajo de la FGR sin lugar a duda al paso de las semanas nos va a ayudar a descubrir si hay atrás de esto una organización más compleja por parte de algunos proveedores en la industria, proveedores de aparatos, de bombas. Y lo que más nos ayuda son las denuncias de los consumidores
, porque si hay plumas, huele a mole después
.
Bueno, eso es en pleno siglo XXI, pero como se trata del cuento de nunca acabar vale recordar el ejemplar operativo
contra la ordeña
de combustible en las estaciones de servicio del país, que –se supone– puso en marcha el gobierno federal en ¡mayo de 1996!, cuando la Profeco de Ernesto Zedillo se comprometió a erradicar la práctica
de vender litros de 700 mililitros, conocida en aquellos ayeres como ordeña inteligente
, pues los propietarios de tales negocios instalaban un chip en las máquinas expendedoras que permitía reducir de manera discrecional el volumen a despachar, pero cobrar íntegramente.
En aquellos ayeres aseguraban que las investigaciones realizadas han permitido conocer la instalación de sistemas electrónicos que alteran, a control remoto, las bombas servidoras de gasolinas
, pero resulta que 24 años después la ordeña
de combustible, ahora con rastrillos, goza de cabal salud. ¿Quieres que te lo cuente otra vez?
Las rebanadas del pastel
Pues nada, que Yeidckol Polevnsky le da los buenos días a la golpista Jeanine Áñez, porque ambas se niegan a soltar el hueso.
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