L
a Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) activó ayer la fase uno de contingencia ambiental para el noreste del valle de México dada la mala calidad del aire, con un máximo de 144 puntos de partículas suspendidas, en buena parte de la ciudad capital y en los municipios mexiquenses conurbados. El valle de Toluca, por su parte, fue declarado en fase 2 de contingencia ambiental por calidad del aire extremadamente mala
, con más de 200 puntos de partículas suspendidas.
En ambos casos, las autoridades atribuyeron la crisis a la inversión térmica, que impide la dispersión de contaminantes derivados de la quema de pirotecnia y las fogatas encendidas en el contexto de la celebración navideña. No debiera descartarse, por otra parte, que el lamentable incendio ocurrido en Nochebuena en el mercado de La Merced, en el que dos personas perdieron la vida, así como los que tuvieron lugar en el Bordo de Xochiaca, Texcoco y Chimalhuacán, hayan acentuado los elevados índices de contaminación atmosférica.
Ciertamente, en estos días la circulación vehicular se ha reducido en forma significativa respecto de sus niveles habituales y en estos días han disminuido las actividades industriales, de modo que el uso de pirotecnia y las fogatas ocupan un lugar preponderante –con o sin incendios– entre las causas de la infición.
En este punto se hace indispensable emprender una campaña de concientización a la sociedad en general para que se abstenga de realizar tales actividades y de recurrir a las chimeneas de leña como medio de calefacción, una práctica prohibida desde hace años en el perímetro capitalino, pero que aún se realiza a hurtadillas en algunos barrios residenciales. Debe considerarse que tradicionalmente se presentan inversiones térmicas a fines de diciembre, enero y febrero, y que la toxicidad del aire adquiere en tal circunstancia un efecto acumulativo.
Es claro que la mala calidad atmosférica en el valle de México es un fenómeno en el que inciden múltiples factores; corresponde a las autoridades regular los relacionados con las actividades industriales y comerciales y con el transporte automotor, pero es literalmente imposible impedir las fogatas y el uso de cohetes por parte de la población. Además de las medidas coercitivas se requiere, en este sentido, una amplia difusión de los efectos nocivos que tienen tales prácticas en la salud de todos, así como un exhorto a la civilidad y a la responsabilidad ciudadana.
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