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Periódico La Jornada
Domingo 24 de noviembre de 2019, p. 7
La Habana. Una cancha de básquet estatal repleta de jóvenes sirvió de escenario para que una marca de moda privada isleña presentara su colección, un paso en la relación de los pequeños emprendedores isleños y las dependencias públicas en Cuba, donde los nexos entre ambos son todavía tensos.
La marca Clandestina convocó el viernes a un desfile con sus creaciones inspiradas en las glorias del deporte cubano. Hubo música, luces, lentejuelas, calzas, pantalones cortos con estampados, tenis y mucha indumentaria holgada y de algodón.
Pero, sobre todo, acudieron miles de personas que llenaron el pequeño estadio para darle seguimiento a la colección. Clandestina es una de las primeras marcas de los emprendedores cubanos, que emergieron luego de las reformas del ex presidente Raúl Castro, a comienzos de la década, y mediante la cual permitió una tímida iniciativa privada con la apertura de algunos rubros a particulares, sobre todo en gastronomía, transporte, alojamiento y algunos oficios.
Participan deportistas
Incluso, tres reconocidos atletas desfilaron: la corredora Ana Fidelia Quirot, el saltador de récord mundial Javier Sotomayor y la jugadora de voleibol Regla Torres.
Esta es una manifestación de la cultura cubana y para nosotros es un orgullo, un honor, y nos están rindiendo homenaje por toda la gloria que en nuestra vida deportiva pudimos dar a nuestro país
, dijo Quirot a periodistas.
En Clandestina están haciendo un trabajo que dignifica a nuestra nación, y eso no tiene que ver con que sea particular o estatal. No importa. Representa a Cuba
, agregó la atleta, quien trabaja para el Instituto Nacional del Deporte.
Una fuerte burocracia, una ley muy limitada para la instalación de negocios propios o la ausencia de cualquier autorización para que profesionales como arquitectos o contadores ejerzan por sí mismos, muestran lo que muchos funcionarios de medio rango dicen en voz baja, que consideran al sector no estatal un mal necesario para superar la crisis en el país.
La primera dama cubana, Lis Cuesta, parece haberse convertido en una promotora de las marcas cubanas y no se ocultó que durante la reciente visita de los reyes de España a mediados de noviembre lució vestidos de la firma Dador, otro pequeño estudio de diseño local.
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