De la Redacción
Periódico La Jornada
Domingo 27 de octubre de 2019, p. 7
Hoy día las calles de Chile tienen una banda sonora. En balcones y plazas, canciones de Víctor Jara y Los Prisioneros han sido reproducidas y coreadas por miles de inconformes con su gobierno.
Únanse al baile de los que sobran. Nadie nos va a echar de más. Nadie nos quiso ayudar de verdad
, cantaban miles de voces durante la marcha del viernes pasado, la más grande en ese país andino. Para los ciudadanos, El baile de los que sobran es una canción vigente.
Compuesta en 1986, durante la dictadura militar de Pinochet –ambiente que algunos chilenos han descrito como similar al de los últimos días
– el tema de Los Prisioneros se ha convertido en himno de protesta. Incluso, medios locales informaron que, en tres días, en plataformas de streaming pasó de 12 mil reproducciones a más de 37 mil.
Diversos contingentes se apropiaron de la canción. Hubo algunos que musicalizaron sus letras con el sonido de cientos de guitarras. La letra ilustra, de manera amarga y desesperanzada, las diferencias de clases entre la juventud chilena
, describe la Biblioteca Nacional de ese país.
▲ Temas de Víctor Jara –en las imágenes superior e inferior– y de Los Prisioneros han sido coreados en las protestas .Foto Afp y tomada de Internet
Te recuerdo, Amanda y El derecho de vivir en paz también resonaron en los barrios de Santiago. Las canciones de Víctor Jara, quien fue torturado y asesinado en 1973 durante el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, son para el pueblo una forma de mostrar su rechazo a la presencia de los militares en las calles, así como la opresión violenta de que han sido víctimas.
Lanzada en 1971, El derecho de vivir en paz se convirtió en uno de los éxitos de Jara, y desde entonces es también símbolo de resistencia. En México un grupo de músicos chilenos hizo una versión colectiva del tema en la Plaza de las Tres Culturas.
En redes sociales, usuarios compartieron algunas interpretaciones en lugares como la Plaza Italia o Bellas Artes de Santiago. Mira, Víctor, no te mató la dictadura: te hizo eterno. Lindo, el pueblo chileno
, expresó una ciudadana expatriada.
Publicar un comentario